
Gene Clark es otro de los ejemplos de la injusticia musical.
Perteneció a The Byrds el gran supergrupo americano de los sesenta y allí le hizo sombra a su lider: Roger McGuinn.
Su malogrado e inmenso talento debe ser ya conocido por todo seguidor de The Byrds, de los que fue su reticente líder y principal compositor en su primera etapa, es uno de esos genuinos malditos, uno de aquellos reyes exiliados que lo pudieron tener todo, y lo echaron a perder.
Esa aura de malditismo que le ha acompañados sin embargo no ha resultado completa y suficiente, pues (duro como suena, es la verdad) no murió lo suficientemente joven ni dejó un tan bonito cadáver.
Por lo que no ha alcanzado el “estatus” que otros compañeros generacionales de talentos similares (tal vez menores) como Gram Parsons, sí gozan.
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