Este “Ain’t No Grave” es sin duda uno de los acontecimientos musicales del año y me importa bien poco que haya gente que piense que Rubin sólo anda rebuscando y revolviendo entre sus cajones para estirar el chicle un poco más.
Lo llevo machacando desde hace pocos días y tal vez puedo adelantar que no llega al nivel de las anteriores obras con Rubin pero aún así, sólo escuchar la estremecedora “Ain’t no grave”, que te pone los pelos de punta.
Un disco profundo, pausado, emocionante, reflexivo muy en la onda de sus anteriores obras y del que iremos con el paso del tiempo degustando y descubriendo uno y mil matices .
Así son los discos clásicos y este será uno de ellos cuando echemos la vista atrás dentro de unos meses.
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